NIFOC

Don't understand what's going on
Woke up this morning,
All the hurt was gone
This is a new beginning
I'm back in the land of the living

Sunday, April 27, 2003


DURMIENDO CON ELLOS
Alexánder Obando


San Jose: un sitio, una ciudad de tentáculos perdidos.
Los zancudos de mayo revolotean en el calor de la noche.
Hay perros que ladran:
Abren el hocico para tragar,
entre dientes amarillos y roja lengua,
un bocado de aire y humedad
Pero en mi casa, siempre, se duerme con ellos.

Algunos lagartos no cierran las fauces
por temor al olvido y las piedras.
Las almohadas de la luna ya descienden:
alguna estrella se consume y envía fragmentos
que debieron quedarse en Aries;
pero en casa, y tras la lluvia de aerolitos,
quedamos durmiendo con ellos

Tal vez yo me sienta uno asociado con la noche.
He abierto muchas puertas
para ahogarme luego entre callejones de ciudad.


Por eso, siempre con ellos:
con los muslos y miembros exangües
como disfraces de un viejo ropero.
En el pequeño cuarto de la tarde
mientras en Santiago de Cuba llueva;
mientras las calles frias alberguen
un desafinado amante de Caruso,
nosotros con ellos.
Para cuando aparezca otro afarensis
y las vigas del Maracana envejezcan de cerveza;
mientras la lluvia de dientes fertilice el desierto,
yo en la playa o en el cine... durmiendo con ellos

Tal vez yo soy uno mismo con la noche.
He ido por ahí abriendo puertas olvidadas
cuyos habitantes carecen de nombre.


Y luego, durmiendo con ellos en los aviones y los trenes;
bajando el Golfo con las manos en la arena
o los pies al quicio de un zigurat.
Levantando el turbante o los anteojos
para distinguir al amigo o enemigo.
Sacando muelas o dando clases en el Carmen de Parrita.
Haciendo la paz y la guerra en Peñas Blancas
o siguiendo el buque fantasma del Lago.
Porque en San Juan del Norte
los senos y los muslos se abren a la noche como esporas,
Y nosotros, a pesar de la guerra, dormimos con ellos.

Recordando a Lorca o Rimbaud en patineta.
El pelo lacio y los ojos tristes
cuando un poema en la cocina se le llenaba de cerveza:
cuando una fulana destrozaba sus sueños
con un NO firme y abundante,
y, sin embargo, dormia con ellos.

Yo he sido uno mismo con la noche
Abro millones de puertas oscuras
y las cierro ante ojos aterrados


Por eso un hotel en Nebraska y otro en San José,
bajando del tren al perro del gaurdián
para hacer el amor en el cabús,
y siempre, durmiendo con ellos.
En San Salvador o Atenas, sin murallas,
sobre un libro de García Marquez y a la luz de una candela;
acariciando sus flancos
mientras el fantasma nos mira desde la puerta
-y a pesar del miedo- durmiendo con ellos.
Tocar esos labios húmedos apenas dibujados por la ventana.
Negar la importancia de T.S. Elliot
y rasgar un guitarra en los balcones del frío.

Porque siempre he sido uno mismo con la noche
Salgo bajo la lluvia y regreso bajo la lluvia
Mi casa está llena de ídolos muertos.


Tengo por lo tanto a la loca de mi amiga entre brazos,
succiono los morenos pezones y duermo con ellos,
siempre con ellos.
Pavarotti en el Lincoln y nosotros imitando a Verdi y Puccini;
porque San José no tiene sentido sino duermo con ellos;
con Sosa de Honduras y la uruguaya de Tibás.
Abrazar con el calor de mi mano sus hombros húmedos,
trasgredir su pubis siempre con ellos.

Porque yo soy uno mismo con la noche.
Y un grito desde lejos atraviesa las calles,
pero no para saludarme o decir adiós.


Duermo con todos en las noches de verano
y en las tardes colegiales.
Una taza de leche y un bollo de pan para el domingo de Pascua.
Decirle detrás de la oreja que no tenga miedo,
que a todos les pasa durmiendo con ellos.
Porque entre ruinas: sobres las grúas del transporte;
en los baños de los hoteluchos
y bajo las narices de sus tíos,
durmiendo con ellos.

Sin la clara luz de una luna en Málaga.
Sin el ronroneo de las palmeras de Limón
pero durmiendo con ellos.

Porque San José es la ciudad; a veces, a veces el momento;
y yo mirando el viejo reloj desde esta ventana,
se que siempre seré uno asociado con la noche.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home